Texas comenzó a realizar pruebas de diagnóstico de coronavirus de forma generalizada en las prisiones del estado, donde al menos 30 personas han fallecido y los reclusos han dado positivo en tasas más altas que en el exterior de uno de los sistemas penitenciarios más grandes de Estados Unidos.
El Departamento de Justicia Penal de Texas anunció que decenas de miles de pruebas para el COVID-19 van en camino a las prisiones del estado. Más de 1.700 presos han dado positivo en Texas.
El portavoz de la agencia, Jeremy Desel, dijo que las pruebas están diseñadas para ser autoadministradas y una docena de “equipos especiales” serán capacitados esta semana.
Es el segundo anuncio sobre pruebas masivas en Texas en igual número de días. El gobernador republicano Greg Abbott ordenó que se realicen análisis de diagnóstico a todos los residentes y personal de asilos en el estado.