Representantes de diversos gimnasios de Nuevo León protestaron frente al Palacio de Gobierno, para exigir que las autoridades estatales reconozcan el entrenamiento físico como una actividad esencial para la salud de la población.
El entrenador y representante del grupo de inconformes, Daniel López López, señaló que en la entidad hay 526 establecimientos formalmente registrados, sin embargo, ocho ya quebraron y no volverán a abrir sus puertas.
En este tenor, adelantó que si el confinamiento continúa y no los dejan operar, los cierres definitivos se incrementarán antes de que termine el mes.
«Hay dueños que están vendiendo sus aparatos, están vendiendo sus vehículos. Hay instructores que están yéndose a vivir a las casas de los dueños”, dijo.
Este situación, agregó la entrenadora, Yaretzi Salazar, deja sin empleo a personal de limpieza, nutriólogos y entrenadores.
Agregó que ellos presentaron un plan con protocolos y horarios escalonados para recibir a grupos de 10 personas o menos.
Los inconformes estimaron necesario que se les cambie de categoría debido a que la línea fitness fue catalogada como una actividad de espectáculos y no bajo el rubro de salud.
Por su parte, el secretario de salud, Manuel de la O. Cavazos, dijo que aún no es el momento de su reapertura.