Una criatura primitiva parecida a un insecto, que ha sobrevivido a 30 eras glaciales, fue redescubierta recientemente en la Antártida por un equipo de científicos que la estuvo buscando durante décadas.
«Esto es a lo que nos referimos cariñosamente como el colémbolo fantasma», dice el profesor de biología de BYU (Brigham Young University) Byron Adams, quien realiza investigaciones regulares en la Antártida.
«Y lo llamamos el colémbolo fantasma porque es blanco, como un fantasma, pero como no lo habíamos encontrado después de buscarlo durante años y años y años, comenzamos a preguntarnos si era real, si realmente existía».
En un artículo publicado el 24 de agosto de 2020 en Proceedings of the National Academy of Sciences, los investigadores utilizan la historia de pequeños animales antárticos microscópicos para solidificar exactamente cómo se desarrolló la dinámica de la capa de hielo a lo largo del tiempo y cómo afectaron los ecosistemas históricos.
Los investigadores han pasado los últimos 20 años recolectando muestras de seis especies diferentes de microartrópodos en 91 lugares de la Antártida.
Estos diminutos animales, conocidos como colémbolos, viven en el suelo. Tienen una movilidad muy limitada y solo pueden colonizar áreas libres de hielo.
Durante las edades de hielo, las capas de hielo avanzan, expandiendo su cobertura de espacio habitable, mientras que durante los períodos de calentamiento, las capas de hielo se contraen y se hacen más pequeñas, dejando más espacios abiertos donde los animales del suelo pueden dispersarse.
Al estudiar sus ubicaciones actuales y los patrones de divergencia genealógica y evolutiva, Adams y su equipo pueden comprender mejor cómo la capa de hielo de la Antártida occidental ha cambiado con el tiempo.
Los investigadores encontraron cuatro especies de las criaturas, cada una de las cuales mostraba poblaciones genéticamente distintas en lugares probablemente aislados durante millones de años.
Las otras dos especies eran menos diversas genéticamente, aunque su distribución estaba restringida.
Juntos, estos patrones dan una estimación independiente del momento y la magnitud de los avances y retrocesos de la capa de hielo de la Antártida.