El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, extendió el estado de emergencia nacional por la pandemia de coronavirus COVID-19 hasta el 31 de mayo, pero señaló que podría ser levantado antes de dicha fecha si la situación mejora.
Abe dijo que era necesario extender el estado de emergencia, que debía vencer el próximo miércoles, para eliminar parte de la tensión en los hospitales superpoblados con pacientes con COVID-19.
Destacó que el número de casos de contagio con el nuevo coronavirus ha disminuido a un tercio del máximo que se registró y afirmó que Japón está en el camino correcto para tener bajo control el brote.
Sin embargo, señaló que la tasa de disminución no es satisfactoria y que el sistema médico continúa saturado, por lo que pidió a los japoneses continuar con su esfuerzo para contener la propagación del virus.
Reconoció que las «restricciones estrictas» a las actividades sociales y económicas «no pueden durar mucho», tras señalar que los «nuevos estilos de vida» deberían adoptarse sin bajar la guardia contra el virus para volver gradualmente a la normalidad.
«El período de un mes está diseñado para que podamos prepararnos para el próximo paso y poner fin al estado de emergencia», dijo Abe durante una conferencia de prensa televisada a todo el país.
Apuntó que el estado de emergencia podría levantarse antes de la nueva fecha límite si un comité de expertos lo considera viable, panel con el que tiene previsto reunirse a mediados de mayo para una sesión informativa sobre la tendencia de los contagios y la situación de los sistemas médicos en cada región.
La cantidad de casos reportados a diario ha caído a aproximadamente un tercio de su pico, de 700 a 200, pero debería caer por debajo de 100, dijo Abe. Hasta el momento, Japón ha confirmado unos 16 mil casos de coronavirus, con más de 560 muertes.