En 2015, cuando Nuevo León enfrentó una de las peores crisis de seguridad, la mayoría de las dependencias policiacas colocó al frente a exmilitares o marinos.Hoy, el perfil de los jefes de Policía es otro. A nivel estatal y en cinco de los siete principales municipios metropolitanos, son civiles quienes están al frente de los órganos de seguridad. Algunos tienen varios grados de formación académica y técnica, y amplia experiencia de campo.
En la Secretaría de Seguridad Pública de Nuevo León, el titular es Gerardo Palacios Pámanes, licenciado en Derecho, con maestría en Criminología y Doctorado en Derecho por la Universidad Autónoma de Nuevo León; es miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT y egresado del Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa William J. Perry, de la Universidad Nacional de Defensa, en Washington.
Gerardo Escamilla, comisario general de Fuerza Civil, tiene licenciaturas en Criminología y Ciencias Jurídicas, y Maestría en Políticas Públicas. Según un análisis de la organización civil Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (Cadhac), en 2015 prevalecía la militarización de las policías del Estado, pues se había 13 mandos con carrera militar. A nivel estatal al menos cinco funcionarios clave habían sido militares: el secretario de Seguridad, General Cuauhtémoc Antúnez; el comisario de Fuerza Civil, General Brigadier Tomás Reyes, y el capitán Juan Carlos Campos, segundo al mando en Fuerza Civil.