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Crisis hídrica inició en 2015

La crisis hídrica que agobia a la urbe regia debió combatirse desde su gestación, en el año 2015.

Un medio local publicó repetidamente durante ese año que el agua iba a escasear y que era necesario iniciar una obra de gran calado como el acueducto al río Pánuco, que hoy estaría terminado y habría aportado al menos 6 metros cúbicos por segundo (m³/s), con la posibilidad de crecer hasta 15 m³/s.

Aunque fue hasta este 2022 que los regios ya vieron reflejado el problema y comenzaron a sufrir por el desabasto de agua, el presagio de esta crisis comenzó desde hace 7 años.

Era entonces cuando se debieron adoptar medidas para combatir las fugas y buscar nuevas fuentes de abasto, pero nada de eso se llevó a cabo y dichas omisiones, sumadas a la falta de lluvia, provocaron que las presas se secaran y Nuevo León viva una crisis hídrica sin precedentes.

Desde 2015, al inicio del gobierno “Bronco”, la urbe sobrepasó la oferta sostenible de las fuentes de suministro, que en ese entonces era de 13 metros cúbicos por segundo (m³/s), cuando el consumo ya rondaba los 13.5 m³/s.

Además de no realizarse las labores de prevención, el consumo continuó en incremento hasta llegar a los 16 m³/s, lo que ocasionó el déficit que ahora se vive por la falta de lluvia y por el agotamiento de las fuentes de abasto.

A pesar de que la población sólo aumentó un 17% en los últimos siete años, el consumo se incrementó 19%; es decir, una diferencia de 2 puntos porcentuales.

En 2015, de acuerdo con cifras del Inegi, el número de habitantes en la entidad era de 5 millones 119,504 y para el 2021 pasó a 5 millones 969,564.

Por su parte, la demanda de agua hace 7 años era de 13.5 m³/s y en 2022 ya es de 16 m³/s.

Para colmo, la oferta sostenible bajó de los 13 m³/s que se tenía en 2015 a 10 m³/s cuando se agudizó la crisis en Nuevo León, aunque con la reciente incorporación del canal El Chapotal se pudieron alcanzar los 12.5 m³/s.

En entrevista para el mísmo medio, el secretario de Medio Ambiente, Alfonso Martínez Muñoz, dijo que la oferta sostenible se refiere no sólo al volumen que se tiene, sino también al que entra a las presas y mantos freáticos, la cual no aumentó y, al contrario, se redujo.

“Hay un incremento anual de la demanda y eso también se tiene que controlar. Por otro lado, la falta de precipitación redujo la oferta, son 2 factores que jugaron al mismo tiempo para llegar a esta situación.

“Desde que estaba topada la oferta se debieron haber realizado acciones para reducir el consumo y buscar nuevas fuentes de agua, o bien reducir las fugas y aumentar la eficiencia, etcétera, por eso las presas se fueron secando”, consideró el funcionario.

Martínez Muñoz explicó que durante ese periodo se sacó más agua de la que entraba, por lo que se fue agotando la que guardaban los embalses hasta llegar a la crisis hídrica actual.

“Desde el año 2015 se consumían 13.5 m³/s y la oferta sostenible era 13 m³/s. La oferta sostenible no solamente es el volumen que está, sino cuánto está entrando a las presas y a los mantos freáticos; entonces la oferta, pues no aumentó y, al contrario, disminuyó por la falta de lluvias”, detalló el titular de la dependencia.

Martínez Muñoz subrayó que las medidas que se deben tomar ahora son controlar la demanda para no tener siempre una necesidad importante de más agua, además de contar con oros polos de desarrollo y crear un plan de ordenamiento del área metropolitana que norme el crecimiento de habitantes.

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